El estrés
laboral en México se sitúa a la cabeza del ranking mundial,
superando a China quien lideraba esta temida clasificación. Cerca de un 40% de
los empleados mexicanos (aproximadamente 18,4 millones de personas) padecen
estrés
laboral.
Los varones tienen mayor probabilidad de sufrir estrés
laboral que las mujeres. En lo que se refiere a la edad, los jóvenes
de entre 18 y 30 años parecen ser los más propensos a sufrirlo.
Entre las causas más comunes destacan las
presiones por parte de superiores y clientes (con un 36%), seguidas de la falta
de estabilidad laboral (miedo a ser despedidos), la excesiva carga de trabajo y
las presiones financieras.
El estrés laboral en México es un grave problema a nivel
social y económico, ya que por una parte, perjudica la salud del trabajador, y
por otra, disminuye la productividad de las empresas, haciéndolas menos
rentables y competitivas en un mercado cada vez más globalizado, donde el
capital humano se desvela como un activo clave para el éxito.
FASES DEL ESTRÉS LABORAL
Fase de Alarma: Esta es la primera de las fases del estrés laboral. Se trata de una reacción natural del organismo frente a un factor o causa estresante. Nuestro organismo comienza a prepararse para hacer frente a lo que considera una agresión externa que exige un esfuerzo extra. Es entonces cuando comienza a liberarse adrenalina y otras hormonas que pueden provocar síntomas como aceleración del ritmo cardíaco y la respiración, mayor presión arterial y ansiedad. Es generalmente una fase de corta duración.
Fase de Resistencia: Si la situación o agresión externa se prolonga en el tiempo, el organismo pasa a un estado de resistencia activa frente a dicho estrés para evitar el agotamiento. El cuerpo se estabiliza o se “normaliza” y los síntomas tienden a reducirse cuando la situación empieza a estar bajo control. Sin embargo, durante esta fase, el trabajador consume una mayor cantidad de recursos (recursos que no son ilimitados). La duración de ésta fase puede ser muy variable, dependiendo de la resistencia al estrés del empleado, en la que influyen tanto factores biológicos como psicosociales. Si los factores estresantes se prolongan demasiado en el tiempo, nuestro cuerpo pasa a la siguiente fase.
Fase de Agotamiento: e trata de la última fase del estrés laboral y se caracteriza por un agotamiento de los recursos fisiológicos del trabajador. Es una fase de agotamiento físico y mental, en la que el organismo ya no puede seguir resistiendo las agresiones del entorno y que puede ocasionar consecuencias serias para la salud si se da de modo repetitivo y prolongado. El trabajador rinde por debajo de sus capacidades tanto física como mentalmente y puede volverse fácilmente irritable o perder toda motivación. Además, una exposición excesiva a ésta fase de agotamiento puede terminar por reducir la resistencia natural al estrés del empleado, como ocurre en el Síndrome de Burnout.
Manejo del Estrés Laboral
El manejo del estrés laboral va ligado a todas aquellas recomendaciones para mantener bajo control las situaciones que generan el estrés en el entorno laboral, asi como aquellas practicas saludables que nos ayuden a minimizar el estrés y sus consecuencias en nuestro organismo, como las siguientes:
- Comunicación
- Practica técnicas de relajación
- Haz deporte
- Tomate un descanso
- Duerme las horas necesarias
- Deja el tabaco y el alcohol
- Come sano
Consecuencias del estrés laboral para la empresa
Las
consecuencias del estrés laboral se extienden más allá del propio individuo y
afectan a su entorno más inmediato. Es por ello fundamental para las empresas
ser capaces de mantener controlados los niveles de estrés de sus empleados, ya
que afectan directamente al rendimiento, productividad y competitividad de las
mismas.
Éstas
son algunas de las consecuencias que el estrés laboral implica para la empresa:
- Se generan sinergias negativas (deterioro de las
relaciones laborales, falta de colaboración...).
- Aumento del absentismo.
- Incremento de accidentes laborales.
- Mayor número de bajas por enfermedad.
- Bajo rendimiento por empleado.
- Menor productividad.
Consecuencias
físicas:
Entre las consecuencias físicas del estrés laboral en el
trabajador, que suelen manifestarse en el medio y
largo plazo, encontramos las siguientes patologías:
Alteraciones
cardiovasculares:
-Enfermedades coronarias.
Alteraciones
dermatológicas:
-Caída del cabello (alopecia).
Alteraciones
sexuales:
-Disfunción
eréctil (vulgarmente conocida como impotencia).
-Eyaculación precoz.
-Disminución o aumento del apetito sexual.
Alteraciones
musculo esqueléticas:
-Contracturas musculares.
-Incremento del riesgo de lesiones músculo-tendinosas.
-Dolores crónicos.
-Empeoramiento de determinadas patologías como la artritis.
-Mayor tendencia a sufrir calambres.
-tics nerviosos.
Alteraciones
digestivas:
-Diarrea.
-Estreñimiento.
Alteraciones del
sistema inmune:
-Disminución de la resistencia del organismo frente a
agentes patógenos y por tanto mayor propensión a enfermedades
infecciosas.
Alteraciones del
sistema endocrino:
Otra de las
consecuencias
que frecuente presentan los trabajadores sometidos a estrés laboral es la aparición de dolores de cabeza o cefaleas, cuya
intensidad hace que en ocasiones el empleado se vea incapacitado temporalmente
para realizar cualquier actividad.
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